dijous, 8 d’octubre del 2009

CINEMA PARADISO

¡¡Camaradas!! Para aquellos que aún no lo sepan, mañana, aparte de Viernes Santo (Santo como lo son todos los viernes en los que uno no tiene que trabajar el sábado) es 9 d’octubre, el dia del País Valencià.
Muchos son los hechos que han marcado la historia y definido la idiosincrasia de nuestro sufrido País (Valencià). Y voy a destacar uno que puede parecer remoto y olvidado pero que todavía permanece latente en los corazones de las gentes. Me refiero a los exiliados.

Hay dos tipos de exilio:

• Uno es el de los exiliados políticos. Gentes que se vieron obligad@s a abandonar el País forzosamente, a causa de sus ideales políticos, huyendo de la represión para evitar que se los cepillaran. Y que cada uno ponga el ejemplo que más le plazca.

• El otro es el de los exiliados laborales, que iban a otros países en busca de oportunidades para poder trabajar y ganarse la vida (como Francia o Alemania (como Alfredo Landa en “Vente a Alemania Pepe”).

Podemos decir que yo me encuentro en el segundo grupo de exiliados, dado que vivo en Copón City por motivos laborales. Ya que, si fuera por motivaciones e ideales políticos, ya hace tiempo que me habrían hecho beber todo el Copón hasta arribica del tó…pero llenetico de cianuro.

Uno de los aspectos más importantes cuando uno llega a un país extranjero es, sin lugar a dudas, el idioma. El idioma sirve de nexo de unión, fuente de comunicación y entendimiento entre las gentes, y deja entrever la identidad de un pueblo. Claro, a estas alturas, ya le voy cogiendo el tranquillo al idioma que se habla en Copón City, con lo que ya me voy integrando y adaptando a la vida de aquí. Ello me va permitiendo realizar cada vez más actividades como, por ejemplo, ir al cine.

Y claro, yo me presento en el cine pensando que el funcionamiento es idéntico al de nuestro País. Y voy el día de la semana que creo haber oído que es más barato, lo que comúnmente se conoce como EL DÍA DEL ESPECTADOR. Y, efectivamente, la entrada es más barata. Suelto un billete de 5€ y, mientras estoy rascando el monedero para añadir algunas moneditas más, la chica de la taquilla no sólo no me las reclama, sino que encima me devuelve, ella misma, dinero a mí. Una entrada de cine por menos de 5 €. No había visto nada tan económico desde eso que ya tod@s sabéis que vale 3 €.

Pues bien, entré en la sala, iba oyendo música, sin siquiera reparar en quién había más allí dentro. Me senté en mi butaca, apagué la música y…

Por si no lo había dicho, la peli que fui a ver, era “REC 2”. Y fui a verla a pelo, sin chaqueta, sombrero ni ningún instrumento que me pudiera servir para taparme la vista o huir de visiones horripilantes y tenebrosas.

Con lo que, se produce el primer apagado de luces, ese que no es total, sino que indica que van a empezar los anuncios y deja algún resplandor para que la gente que llega apurada se pueda sentar sin sobresaltos.

En ese momento oí su voz por primera vez, una voz grácil, suave, de adolescente, que le dice a uno de sus compañeros e fila:

- “Acho pagao movi”.

La traducción de semejante expresión, ahora que, como decía antes, ya me defiendo en este peculiar idioma vine a ser algo así como:

- “A ver, gilipollas de mierda, quieres apagar el móvil ahora mismo, antes de que empiece la película para que no te suene después y te pongas a hablar con quien cojones te haya llamado en medio del cine a grito pelao y riéndote de no sé qué gilipolleces, tarao”.

A lo que el tarao respondió:

- “¿Y i llamalguien?”

Que, traducido quiere decir:

- “Es que estoy ansioso de que alguien me llame al móvil, mientras estoy en el cine, para contestarle y poder tocar los huevos a la gente que está en la sala. ¿A que merezco que me introduzcan el móvil por el recto en modo vibrador a máxima potencia?”.


La peli empieza, la primera imagen es la escena final donde acaba la primera parte (ya que, ésta segunda, es una continuación de la historia de forma temporalmente inmediata a la primera). Acto seguido, una voz brama desde el noroeste de la sala diciendo:

- “Hot-tia! Et-to e finá pimea pat-te, chavá”.

Cuyo significado viene a ser algo como:

- “Todo el mundo lo sabe ya gilipollas. Hemos visto la primera parte. No necesitamos que nadie lo vocee al viento. Además, ¿quién sería tan gilipollas de ir a ver la segunda parte, sin haber visto antes la primera?

Pero algo tuvo lugar que me conmovió sobremanera, más que si en lugar de REC 2 estuviera viendo algún dramón lacrimógeno tipo “Camino” o “Bailar en la oscuridad”. Y es que, esa vocecita grácil y suave de adolescente, exclamó con voz lastimosa y abatida:

- “EA!! A ma chafao finá a pimea pat-te”.

Traducción:

- “Sí, soy gilipollas. Y encima tonta del culo”.


…Y la peli avanza. Y aparece un ser… malo, por supuesto. Y una voz de las primeras filas expele:

- “E tío má feo. Como te pique e sombi ese va a ve tu, te va comé tol selebro, JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA”.

Y hubo un estruendo en toda la sala correspondiendo tan colosal afirmación:

- “JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA ¡¡¡ACHO¿A oío?!!! ¡¡¡ACHO ¿A oío?!!!”

Esto merece un análisis algo más sesudo.

Cómo que “¡¡¡¡que te pique!!!!!” Ni que fuera una abeja subnormal, y lo de “sombi” lo dice después de que en la peli hubieran dejado claro y reclaro que ya no son zombies, ahora son endemoniados. Por ello, dada la complejidad y la riqueza morfológico-fonético-interpretativa de tan apasionante idioma, no puedo hacer una traducción fiel, pero sí sé lo que le podría responder:

- “Pues claro que es feo. Estás viendo una peli de miedo atontao, con seres monstruosos y horribles que intentan asustar y provocar sustitos. Y lo que son capaces de hacer los distintos animalitos que Dios creó para el mundo (morder, picar, roer…), háztelo mirar”.

- “Y el resto de qué coño se ríe. Si lo único que se consigue con eso es animar a estos especimenes a seguir haciendo el mandril”.


De repente, en ese preciso instante, pude ver, de forma casi cristalina, el por qué del precio reducido de la entrada de ese día. No porque fuera el día del espectador, no. Sino porque era EL DÍA DEL SUBNORMAL, que se ve que en esta curiosa región, encima, está bonificado.

Es más, me atrevería a afirmar que más de uno entró gratis, debido a la gran bonificación de la que disfruta.

Aunque bueno, bien pensado, esto no debería sorprendernos tanto, porque lo de que los subnormales estén primados también pasa en más de un Ayuntamiento con sus dirigentes. Y que cada uno ponga el ejemplo que mas le plazca.


Con lo que menudo DÍA había elegido para ir al cine. A partir de ese momento, mi única obsesión radicaba, no en conocer el desenlace de la película (obviamente relegada a un segundo plano), sino en contemplar el rostro que se escondía tras aquella voz grácil y suave de adolescente que, además, juraría que tiene un abono de temporada (es decir, una bonificación de cojones).

…Y, de repente, ¡¡¡oh, aleluya!!! la peli acaba, las luces se encienden, me levanto súbitamente, miro a mi alrededor, hago giros de 360º, pero no consigo ver a tan anhelada imagen, grupos de gentes descienden por las escaleras de la sala hacia la salida sin que me sea capaz de identificarla. Con lo que abatido, me marcho a casa triste y nostálgico, como si en vez de REC 2 hubiese visto “Camino” o ”Bailar en la oscuridad”.


Moraleja: No os fiéis de las cosas rebajadas, porque lo barato, en ocasiones, puede acabar saliendo caro (muy caro).