2 ON DE ROAD
¡¡Hola amiguitos!! Supongo que, a estas alturas de centuria, todos conocemos o hemos oído hablar de la inigualable, atávica y entrañable villa de L’Alguenya. Allí donde la mítica frase de “en la Romana la que no es puta es marrana...”, solo queda superada por su inmediata respuesta “...y en L’Alguenya, la que no es puta se enseña”. Gran frase-rimada, que deja patente la riqueza y posibilidades lingüísticas del idioma castellano. Pero también es ese lugar famoso por sus fiestas estivales, las cuales tienen un aura mágica, donde cualquier cosa puede ocurrir bajo su cielo estrellado, y cualquier encuentro puede convertirse en algo memorable e inolvidable, indeleble, que deje huella (como un “frenazo de camión”).
Hoy amiguitos, vamos a ser testigos de una historia acaecida en aquella localidad, en una de sus noches más gloriosas, que pasara a los anales de la historia Alguenyera, y perdurara por siempre en el corazón de la tierra. Además, narrada en primera persona por un protagonista de excepción (la versión jamás contada).
Es ahora y solo ahora cuando podemos presenciar la verdadera historia de:
2 on de road
Todo surgió en una noche sabatina, cuando uno de mis amiguetes dijo: ”eh, que hoy son fiestas en L’Alguenya, y hay una barraca donde hay cubatas a tutiplén, ¿por qué no vamos p’alla?”.
L’Alguenya, y yo que coño sabia de L’Alguenya, lo único que había oído era eso de que en L’Alguenya la que no es p... se enseña, y no sé que algo más de la Romana. Por lo que, ante tal tesitura solo pude responder una cosa: “Venga va, vamos p’allá”.
Un a vez en L’Alguenya, los cubatas volaron, las horas pasaron, los astros se alinearon y, de repente, la nada, el vacío, la soledad, en un instante me di cuenta de que estaba solo, no reconocía a nadie, las personas con las que estaba, ya no estaban... ¿Que iba a hacer, como iba a volver a mi casa? Además, los cubatas y resto de sustancias empezaban a hacer efecto y, aparte de perdido, me encontraba nublado, obnubilado, confuso, desorientado pero, sobre todo, SOLO.
Nunca sabré lo que podría haber ocurrido si el desastre me hubiera alcanzado pero, casi sin saber de donde ni como... apareció ÉL, así, de pronto, entre la nada y el vacío, allí estaba, no sabia quien era, solo que su cara me era familiar y, teniendo en cuenta lo que llevaba metido entre pecho y espalda, ya era un logro importante. De repente, vi como se acercaba hacia mí, lentamente, dubitativo, algo temeroso y me dijo con una voz temblorosa, del que se sabe desconcertado: “¿Eh, tú eres de Monovar, no?”.
Monovar, y yo que coño sabia de Monovar (en mi estado), salvo que en mi DNI ponía que yo vivía allí. El caso es que no tenia ni puta idea de cómo volver, ni por donde. El azar había producido un encuentro casual, casi mágico, y que me permitiría regresar sano y salvo.
Con lo que rápidamente respondí:
- “Sí”.
- “¿Eh, pues podría irme contigo p’allá, es que mis amigos s’han largao y m’han dejao aquí tirao?”
- “Joer, que cabrones son tus amigos, no se como se le puede hacer eso a un colega. No te preocupes, que yo te llevo en MI coche”.
¡¡Puff!! Menos mal, espero que este chavalín me guie hasta el pueblo porque yo creo que, en mi estado, no saco el coche ni del aparcamiento. Además, igual puedo conseguir que me la chupe, aunque tenga que utilizar todas mis artes de seducción para lograr que me limpie el sable. Y, como no me la chupe, pues le hago un Deathproof y me lo cargo.
Así, entrando en el coche, y con la “antena” levanta empecé a desplegar mis dotes de seducción para conseguir el objetivo:
1.- La directa.
- “¿Tú esta noche me la vas a chupar, no?”
- “Pos No”. Coño, en que coche me he subido, este tío quien cojones es.
Maldita sea, primer intento, primera negativa, hay que ponerse serio.
2.- La droga.
Si le ofrezco un poco de coca, igual se vuelve más dócil y manejable, y el sable quedara como los chorros del oro.
- “Eh mira, mira, ¿no quieres un poco de esto?” SSSSNNNFFFFFF
- “Oh, oh, eso es, eso es, es...” (Redios, desde mis tiempos de ‘el hombre pastilla’ que no veía tanta nieve junta).
- “Que si cojones, es coca, anda toma un poquito, pero despacio, ¿eh?”.
- SSSSSSSSSNNNNNNNNFFFFFFFF SSSSSSSSSSNNNNNNNFFFFFF SSSSSSNNNNNNFFFFFF SSSSSSSSSNNNNNFFFFFFFF
- “Eh, eh, vale, vale, que te había dicho un poquito”. (Madre mía que aspiradora). “¿Qué, guay, eh? ¿Ahora me la vas a chupar?
- “No”.
- “¿No? ¿No?”.
Me cagoen la puta, vaya farlopa de mierda que m’han tangao, con razón ma costao cuatro duros. Si es que to me pasa por no ir a la Tafalera como esta mandao.
Pero, de pronto, tuve una idea genial. Ya lo tengo, con ese ansia para aspirar, si me echo coca en el rabo, este tío me aspira hasta los pelillos de los huevos.
- “Eh, eh, mira, mira lo que hago”.
- “¡¡¡Pero que haces insensato!!! ¿No sabes que si haces eso se te abre la polla y te desangras? Ntch, ¡¡ay!! Trae, trae p’aca eso que yo le daré un mejor uso”. SSSSSSSSSNNNNNNNFFFFFFFFFF.
- “Joer, eso si que es un tabique”.
Parece ser que la opción narcótica no funciona con este tío. Pero el mástil sigue alzado y no aliviado, y parece que no doy con el mecanismo adecuado.
Necesito el plan C.
3.- El cortejo musical.
¿A quien no le pone algo de música? A ver si con uno de mis “casets” consigo que se ponga meloso, esto no puede fallar. Vamos a ver, aquí, aquí esta el bueno.
(clic) ♪♫♫♫♫♫Dame veneeno que quiero morir♫♫♫ dame veneeeeeeeno♫♫♫♫♪♪♪
♫♫♫ dame veneeeeeeeno♫♫♫♫♪♪♪♫♫♫ dame veneeeeeeeno♫♫♫♫♪♪♪♫♫♫ dame veneeeeeeeno♫♫♫♫♪♪♪♫♫♫
- “¿Qué, a que mola? Canta hombre” “♫♫♫ dame veneeeeeeeno♫♫♫♫♪♪♪♫♫♫ dame veneeeeeeeno♫♫♫♫♪♪♪♫♫♫ dame veneeeeeeeno♫♫♫♫♪♪♪”
- “♫♫♫ dame veneno♫♫♫♫♪♪♪”
- “Venga hombre, una chupaita solo, joer, que no sea todo meter solo por la nariz”.
- “Que no coño, ¿oye no te quedara mas farlopa por ahí?”.
Me cago en la puta, por mis muertos que le hago un Deathproof y lo reviento aquí dentro del coche. A ver, donde estamos, que voy a coger velocidad, se va a enterar este.
- “Pe..., pe... pero que cojones son estos caminos de tierra. ¿Que es esto, donde estamos, por donde cojones me has traido?”.
- “Y yo que coño sé donde estamos. Venga, venga no gruñas y dame mas farlopa”.
- “¿Mas farlopa? Pero si te has aspirao toda la que me quedaba, especie de maquina”.
- “¿Quééé? Pues si no hay farlopa para el carro, que me bajo aquí y me voy a pie”.
- “¿A pie, pero como te vas a volver a pie, flipao?”
- “¡¡Pffoo!! De peores sitios me he vuelto yo a pie, ¿qué pasa?”
- “¿Sí?, pues hala, a tomar por culo”.
- “Pues ahí te quedas, dos piedras, te la chupas tu solo”.
- “¿Pero que haces?, ¿Quieres volver aquí, cojones?”.
- “Eh, me corro en tu boca”.
Horror, que he hecho, se ha ido. Vale que no me la chupe pero, no sé ni donde coño estoy, aquí solo se ven campos y caminos de tierra. Encima este tío ha tirao por ese camino d’allá. Como lo pierda de vista nunca podré salir de aquí y me quedare perdido en estos caminos para siempre. Ya sé, conectare el silenciador de mi coche y lo podré seguir sin que se entere para ver por donde va.
¡Oh!, Atención, se ha parado a hablar con ese labriego local, por los aspavientos que hace con su azada parece ser que le esta indicando un camino a seguir...
...Madre mía, llevamos una hora de camino estrecho y lleno de baches. Y yo sin farlopa y con la antena todavía tiesa...
Menos mal que el camino de tierra ya se ha acabado y ha empezado el asfalto. Y el hombre este que no se cansa, y sigue y sigue, claro, to cocao que va de arrearse toa mi “despensa”.
Y ahora que hace, se le ha parado un coche al lado y parece que le dice algo. Y ahora se sube al coche que da la vuelta y se vuelve por donde venia. Debo quitar el silenciador y perseguir a ese coche, tal vez este ya en el camino correcto a mi destino.
Cuando baje de ese coche, lo atrapare, le haré el Deathproof y me la chupara... No, no, primero me la chupara y luego le haré el Deathproof. Ahhhh!! Vamos, vamos...
(clic) ♪♫♫♫♫♫Dame veneeno que quiero morir♫♫♫ dame veneeeeeeeno♫♫♫♫♪♪♪
♫♫♫ dame veneeeeeeeno♫♫♫♫♪♪♪♫♫♫ dame veneeeeeeeno♫♫♫♫♪♪♪♫♫♫ dame veneeeeeeeno♫♫♫♫♪♪♪♫♫♫
Oh, no, ¿qué es ese coche que esta en el arcen, y quien es ese tío de verde que me hace señales de que pare? Dios mío, los picol... Maldición, perderé al coche de vista.
- “Buenos días, presente los papeles del vehículo y toda la droga que lleve encima por favor”.
- “Los papeles están aquí. La droga, mire a ver si encuentra el más mínimo rastro”.
(Que coño va a encontrar si me la ha limpiado toda el aspirador).
- Puede continuar. Buenos días.
- Buenas noches.
Maldita sea, putos picoletos, he perdido el coche de vista y, lo que es peor, ya no podré atrapar a ese jodio aspirador.
¿Y ese cartel...? A ver que dice, “Monovar” (ese es mi pueblo). He regresado. Pero he fracasado: ni limpieza de sable ni Deathproof.
Da igual, yo nunca olvido una cara y juro por Dios que en el momento en que me vuelva a cruzar con él le haré pagar por todo lo que me ha hecho esta noche. Tarde o temprano ocurrirá, nos volveremos a encontrar y yo estaré al acecho...
