dilluns, 27 de juliol del 2009

Mascle o femella

Uno de los ídolos de mi niñez fue sin duda alguna, y los que ya tengáis algunos años y que, como yo, os educasteis con ese mítico programa llamado Barrio Sésamo, sabréis comprender mi pasión por tan imponente personaje, que fue, obviamente, el Conde Drake. Imponente, majestuoso, con esa capa oscura impoluta, la elegancia y el porte de ese monóculo, esos afilados (a la vez que resplandecientes) colmillos, esa clase para contar y recontar todo lo que fuera contable, el estruendoso rugido del trueno que remataba el final del computo de los objetos computados…Oh!!, oh!! Oh!! Nadie, absolutamente nadie, puede negar que fue uno de los personajes más importantes e influyentes de nuestro tiempo…
Pues bien, después de tanto contar, contar y recontar, después de crecer, hacerme mayor y haber estudiado con algunos de los más eminentes profesores de matemáticas del firmamento matemático:

• Peñataro. Que demostró al mundo que alguien puede ser educador/formador de jóvenes enseñando sólo tres conceptos elementales: las ovejas negras, las manzanas podridas, y la misteriosa, y a veces indescifrable “X”.
• Paquito (el secretario del Instituto). Que demostró al mundo que alguien puede ser educador/formador de jóvenes estando como una puta cabra.
• Chimo (en 2º de BUP). Que demostró al mundo que alguien puede ser educador/formador de jóvenes estando como una puta cabra (más aún si cabe).
• Chanquete (el de COU). Que demostró al mundo que alguien puede ser educador/formador de jóvenes siendo antes alumno que profesor, y sin tener ese complejo de “yo camino sobre las aguas y tú (alumno pringao) no eres más que … eso, un pringao)”. Y muy injustamente tratado.
• Mr. Yébenes (del periplo universitario). Que demostró al mundo que alguien puede educador/formador de jóvenes yendo a misa todos los días de la semana, del mes y del año, y estando en clase puntualmente a las 8,30h de la mañana para darnos una tunda de cuidado.

Con lo que, después de toda una vida dedicada al cálculo y al cómputo, resulta que, en este fin de semana pasado, lo único que he necesitado saber es…contar hasta 2 (1 y 2). ¡¡Y ya está, señores!! ¡¡Cuánto tiempo desaprovechado!!

Y es que todo se podría resumir en 2 hechos fundamentales, 2 (1 y 2):

1. Porque 2 (1 y 2) fueron los grupos que actuaron ayer en el Festival MTV de Cartagena. Sí, sé que eran 3, pero de nada hubiera servido saber contar hasta 3, ya que uno de ellos, motivo fundamental por el que una buena expedición monovera hubiera partido allende la autovía, que respondía al nombre de Placebo, y que es uno de los grupos más reconocidos del mundo, tuvo la desfachatez de, tras un golpe de cojones (de los dos cojones (1 y 2)) de su líder y vocalista, de largarse del escenario sin dar explicación alguna, ni por parte de ellos ni de la organización. Acto que provocó que la mayoría de los que allí nos encontrábamos nos quedásemos con dos palmos de narices 2 (1 y 2). Y hasta los cojones (los 2 cojones (1 y 2)) de los arrebatos y caprichitos de ese cantante que, dicho sea de paso, yo aún no sabría decir si es de los que mea de pie o sentao.

2. Al empezar a sonar la canción 2 (1 y 2), después de la canción 1, de ese grupo cuyo cantante tiene repentinos arrebatos de testiculares (de los 2 (1 y 2)), se pudo ver a 2 jóvenes 2 (1 y 2): una muchacha, subida a hombros de un muchacho. Cosa que no tendría nada de especial, si no fuera porque la muchacha hondeaba al viento todo su turgente y protuberante mamellamem. Las 2 (1 y 2). Podría decir, sin margen de error que eso fue lo único destacable de la velada. No porque tales mamellas fueran descomunales, o la muchacha en cuestión fuera una belleza fuera de lo común, sino porque, la explicación a tan desenfrenada actitud era, como nos dijeron sus amigas (las cuales, algo más comedidas pero que iban en sostén, ¡ojo!), que “ella tenía calor”… Pues claro, con toda la razón del mundo, a ver quién se atreve a reprochar el peso de tamaño argumento. No me quiero ni imaginar que hubiera pasado si la noche se hubiera puesto algo más calurosa… También destacar que a cada pezoncillo, los 2 (1 y 2), le acompañaba su correspondiente piercing (es decir 2 (1 y 2)).


Bueno, pues ahí quedó la cosa. Veremos que pasa en los conciertos del próximo fin de semana en Alicante. Al que asistiremos los 2 días (1 y 2). Pero creo que ya estoy curado de espanto y será difícil superar lo acontecido el fin de semana pasado.


P.D. Estoy investigando el origen y las motivaciones de la fabulosa pancarta que hondeaba al viento cartagenero bajo la leyenda “Cartagena NO es Murcia”. ¡¡Copón, copón, copón!!